Cuando me atrapa la tristeza siento miedo
y cuando el frio corre por mi espalda
sólo necesito que alguien esté a mi lado,
sin hacer preguntas sin que necesite
saber qué es lo que me está pasando.
Cuando el mundo se me viene abajo
y las palabras no salen de mis labios
necesito a alguien que simplemente esté ahí...
en silencio,
sin ofrecer preguntas
sin esperar respuestas.