El virus
flota inexplicable,
entre las rosas cultivadas
en tu jardín.
Las tardes esperas nocturnas,
pétalos sueltos
por la casualidad.
Amiga,
el asombro es fugaz,
así dejamos de crecer
seres ausentes,
cada día,
el dolor gira.
Quizás, tus besos,
en una espera dolorosa,
emprendan
un vuelo inesperado.
Manos cercanas,
un día de despedida,
sin despedidas…
te vas.
La vida, números,
vulnerables y desnudos,
enredados en vacilaciones.
Nuestra vida es un pétalo
expuesto al viento.
Por tu ventana,
una hoja cae.