Me Quedo Aquí XI
Me quedo aquí,
como una piedra sobre el río,
que suena como una tempestad fría,
sobre ese río que va al mar,
y que desata una hoguera,
fuerte como un fuego siniestro,
y tan cálido mi deseo diestro,
cuando va mi alma a descender,
hacia lo más nefasto de los tiempos,
me quedo aquí,
como esa piedra del río que no va al mar,
que destrona el agua dulce,
y siendo tan agridulce con el mar,
así no soy, pues, lo dulce aún no se convierte en sal,
si no busco en la sal,
curar y sanar las heridas,
que antes como ese río fue de agua dulce,
dejando estelas en el horizonte,
como de ese mar la sal,
pero, soy dulce aún sin sal,
y que lo dulce se empalaga,
y lo dulce enreda el buen sabor,
si antes fui río,
y ahora sal del mar,
no quiero ser mar sino río,
y que va sin salir de su cauce,
logrando derribar el mar,
y si soy como piedra del río que aún tiene,
pues, poseo lo más grande de la vida,
si soy una piedra de un río,
me quedo aquí,
pues, en la inmensidad del río,
me quedo como atando al frío,
y como esa agua dulce no puedo poseerte más,
como piedra sobre ese río,
y que no llega al mar,
soy como el inicio o el comienzo,
de creer que soy como agua dulce,
no vuelo, pues, no tengo alas,
sino pies y piernas,
y no se detiene mi andar,
en ésta tierra por donde el viento corre veloz,
así soy como el viento atroz,
que desnuda el corazón,
cuando se ama con ímpetu,
y destrozando el corazón sí se ama,
como igual se desama,
me quedo aquí,
como piedra de un río,
que no va al mar,
que queda en su cauce,
y que no llega a la sal del mar,
como piedra dura,
y como fuerte dolor,
así soy yo,
cuando tu mundo va sin mí,
y yo sin mi propio mundo voy,
hacia la pobre e inexplicable certeza,
de creer que soy sólo una piedra del río que no va lejos,
si timbra como una campanita,
y es el río que me eleva,
y no voy al mar,
si soy piedra en el río,
como fuego en el juego,
que no se convierte en sal,
cuando en el tiempo transcurre,
como desierto efímero,
cuando soy flor en primavera,
desatando una euforia clandestina,
que desnudando el combate,
se encierra el deseo sin ser muerte insegura,
sino que la vida va,
como va la piedra en el río,
pero, que no llega al mar,
porque pesa su dureza,
y sin extrañar el río va al mar,
pero, ésta piedra no,
soy luz, amor, y el perdón está en veremos,
pero, es el sosiego constante,
y va mi alma a descender,
como luz en el cielo,
hacia ese río,
y como piedra en el río,
me quedo aquí,
y en contra de la voluntad,
como un Zeus del Olimpo,
y gobernar el universo,
pero, me quedo aquí,
como piedra en el río,
que no va al mar,
sino que comienza a edificar,
su estructura como piedra desde su cauce,
y sin un triste percance,
se debate un bien,
cuando el trance es directo,
y tan eficaz como el tormento,
y si el río va al mar,
y yo como piedra no voy al mar ni a la sal,
porque cuando puedas saber,
¿dónde está esa piedra?,
no querrás separarte jamás de mí ni de mi alma…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
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