lorenzo salamanca garcia

TARDE DE LLUVIA:

Llovía tanto que parecía

que el cielo llorara,

contagiado de tristeza.

En pleno estio un gris obscuro emborrono  el cuadro de la tarde. 

Testigos mudos de solitarios y chiflados

que comparten a voces su rabia

y ganas de vivir sin limites:

Son nuestro espejo roto,

en el que nos vemos cada día.

Cada tropiezo era una excusa

para hacer memoria

del camino recorrido:

¡Cuántas tormentas

y cuántos caminos!

El ascensor simulaba una enorme

caja sorpresa de afectos

sin envolver. 

Las gotas de lluvia

se mezclaron con las lagrimas

en la tormenta de despedida.

El adios fue un beso,

que traducido significaba:

\"Me voy contigo\".