José Luis Barrientos León

A la orilla del río

 

Pareciera que el dolor se diluye

a la orilla del río,

con el fluir de sus aguas,

cristalinas, sin fronteras ni límites,

como las palabras y sueños que emergen,

del sonido de libertad río abajo.

 

A veces me siento volar al borde del arroyo

inundado de su pureza,

como el antídoto a la soledad,

cual si fuera el enigma de otras vidas,

donde se habita al margen del existir,

y transitamos expulsados del centro de su cauce.

 

Es como escapar del tedio en medio del silencio,

y contemplar los restos del naufragio,

que nos dejó la riada,

lanzándolos al costado de nosotros mismos,

como si la corriente fuera huella de otro torrente.

 

Quisiera habitar confinado a su margen,

condenado a la paz que sumerge la mirada,

en la majestuosidad del verde que ocupa sus orillas,

que desborda el placer del cuerpo,

anhelando ser océano,

donde mi palabra sea ola,

y mi deseo su espuma.