Ríos de sangre, en la guerra del amor,
cada día lucho por conquistarte,
cada día suenan las alarmas en las plazas de mi corazón,
cuando te acercas… el bombardeo podría comenzar.
Cuando pasas volando por mi mente,
mi radar detecta tu fragancia,
mis binoculares por la niebla se empañan,
mientras vuelas con mortal elegancia
debo armarme de valor en el campamento, bebo Whisky o Champaña.
Una metralla de besos, dejan rojas heridas en mi rostro,
pecho y cuello, he sido mortalmente herido,
la sangre que recorre mi cuerpo comienza a filtrarse,
al río Pasión, tornando sus aguas carmesí de frenesí.
Río donde tu cuerpo mojas, para comprobar
que tus disparos han sido certeros,
yo preparo mi mortero, para hacerte explotar,
sentirás como estalla en tu interior, uno realmente placentero.
Pasan las horas y no damos tregua,
imposible si yo soy tú corcel en esta batalla
tú eres mi bélica yegua,
ascenderemos a Generales, montados en nuestros pechos; cuales medallas.
En una lucha cuerpo a cuerpo, donde en la oscuridad,
los destellos de las bombas que caen en el lecho,
y el eco de las granadas lanzadas, caricias desmesuradas;
minas aplastadas, cuando al detonar las granadas,
caigo como con el rostro al suelo, sobre tu pecho.
Activando con mis labios el detonador,
y volando por los aires, en mil pedazos,
quedando a tiro para el ocaso,
soldados fatigados, entregándose hasta el final.
Se apróxima el final de la guerra,
llega la hora de la rendición,
se corre la blanca bandera,
anunciando la Paz.
Amor y Paz.