La soledad te hace pensar en cosas extrañas.
A veces, te mal aconseja si buscas dirección.
Cambios de dirección, te dejan malas mañas.
Ves siempre de lejos, como sucede la acción.
Llega alguien a tu vida, y te hace sentir mejor.
Confundes sus palabras tiernas, con amor.
Usas cinta adhesiva para pegar los pedazos del corazón.
Aunque sabes que esto podría terminar peor.
Avanzan los días, comienzas a perder el temor.
Se iluminan tus ojos, ya detectas el color.
Maravilloso es, ver la realidad, no eres un perdedor.
Sentir que todo lo puedes, que eres un ganador.
Y la negatividad comienza a surgir.
Muestras de flaqueza, ante tu verdadero yo.
Tratas de formas extrañas, no volver a sufrir.
Tus defectos de carácter, comienzan a salir.
La persona que llegó, ahora duda de ti.
Haces todo, para no perderla.
Desajustas todo, para que se quede aquí.
Y sin embargo, ya todo lo arruinaste, por ser así.
Buscas mil formas de hacerla sentir.
Que es muy importante para ti.
Pero después de ver lo que eres en realidad.
Todo el mundo se aleja, ante aquella fealdad.
Hay maneras fáciles de despedirse.
Hay maneras difíciles de despedirse.
Está la que tú elegiste, arruinarlo todo.
Y seguir siendo el mismo miserable.
Que todo se reprocha, que todo hace mal.
Con todo eso, aún seguirse sintiendo normal.