Besar la fuente por dónde fluyen tus palabras.
Bajar luego, en cada rincón de tu cuerpo haciendo una parada.
Me deslizare por tu cuello besandolo
mil veces al menos.
Seguirán viajeros mi labios recorriendote prendiendote en fuego.
Jugaré entre tus montañas besare maravillados sus picos serenos.
Residire en los montes de Venus
Allí morare será su fluir mi antídoto y veneno.