Hay cosas
Hay estros y maestros que danzan como ancestros,
se suplen como ortigas directo al batallón;
y hay otros partisanos con manos de siniestros:
aquellos, quienes luchan con alma y corazón.
Hay bellas y doncellas que ríen como estrellas
vistiendo las consignas; ballestas misteriosas.
Y hay otras rutinarias que amarran con sus huellas
el eco de los pechos pidiendo muchas cosas.
Hay tunas y aceitunas, divinas, oportunas,
que solo al ver sus labios cosechan un burdel;
y hay cosas desvalidas rezando en las hambrunas
a base de pretextos que amargan a la miel.
Hay males y nopales, rebeldes, vesperales,
que en plena guerra gritan al yugo usurpador:
hay miedo repelente durante los finales,
hay cosas que de pronto suspiran por amor.
Hay soles esquiroles, coquetos y mongoles;
soldados tremebundos que salen del harén.
Y hay pueblos que despiertan con llantos y pozoles,
y hay cosas que no digo, pero que están también.
Samuel Dixon