Pluma de Fuego

Olimpo en Llamas

Sujetame entre tu brazos,

como si Gaia me tragara,

echa sobre mi cuerpo tus lazos,

átame a tus columnas,

de mi desgracia me libertará.

 

La sedosa cabellera, que resbala,

sútilmente sobre mi rostro,

cuando hacemos el amor en la antesala,

siendo tu cuerpo para mí  un templo sagrado,

en cuyo altar divino, frente al cual de rodillas me postro

para que me des un beso prolongado.

 

Extasiado de tus besos,

de tu amor embelesado,

lo único que me sujeta,

es el lazo que me deja colgado

a las columnas que como  Héracles

mantego separadas en tu pecho,

causando que fluyan las aguas

de la pasión y el deseo, mezclándose

en el océano de amor que nos rodea.

 

No me desates o caeré al abismo de Hades,

deseo estar ligado a ti en el epicentro de tus latidos,

por cuerdas; mismas que una Lira hace vibrar,

delatando cual oráculo en sus notas,

que hay envidia por lo nuestro en las divinidades,

sin percatarse que el Olimpo es presa de las llamas;

como preso de tu corazón me encuentro, porqué tú me amas.