Me acerqué a ti;
El amor de tu nuVe sentí en pleno;
Al vivir tu ternura insistí;
Te espero en este espacio sereno…
Despertaste mi pulso detenido;
En pasos expectantes y temerosos;
Dando respiros a mi aire perdido;
En detalles sugerentes y amorosos…
Reviví, renací y se que te quiero;
Ayudando a unir mil partes rotas;
Fuí las ramas del árbol verdadero;
Sugiriendo un spacio, pero a gotas…
Nació una mirada de amor y respeto;
Creció a gotas, a ríos, a mares;
Como un suspiro veloz e inquieto;
Es verso que recuerda ciertos lugares…
Por eso cuando llegué a ti;
Logró liberarse parte de lo espeso;
De a poco te entregué parte de mí;
Recuperando el tiempo, te confieso...
Aunque siempre tu ser me encantó,
Linda, hermosa, vital presencia,
Fue el aire quien nos presentó,
Se hizo miel en nuestra esencia…
Pero una lluvia trajo un presagio;
Se calmó el lago de agua viva;
Rescatándome en parte del naufragio;
Sacándome del silencio y me motiva...
Miré veleidoso todo tu cuerpo;
Con esas caderas que me inquietan;
Buscando romper el telar del cerco,
Somos pieles que libremente aprietan…
Ahí mi corazón voló acelerado,
Escuché el sonido de amores lejanos,
Entendí de inmediato, estas enamorado,
Que dibujó todo tu ser con mis manos…
Escribí de tus ojitos bellos,
Amasé tus piernas que dan gusto,
Eres la estrella y su destello;
Te esperaba escondido en un arbusto...
Apareces entre medio de mis manos;
Te hiciste verdadera y real;
Ahora somos seres más cercanos;
Tus labios tienen esa forma ideal…
Yo se que eres tú;
Porque sucede a veces,
Sin saber cómo, ni menos cuando,
Alguien distinto y diferente aparece...
Porque entre mil abrazos;
Sentí ser la melodía del cantor;
Enriqueciste mi sonrisa;
Encendiste lo que entiendo por amor...
Eres presencia en el acorde del poeta,
En cada momentos de intimidad,
Nuestras sombras viven incompletas,
Hasta llegar a ser de nuevo realidad...