Al ver correr las gotas de rocío
sobre los pétalos de una flor,
sentí que eran mis dedos,
deslizándose, acariciando
la superficie de tu piel y…
te sentí mía.
Mis dedos suavemente
sobre el rosa de tus pezones
y tu piel, toda eriza, todo ardor
a punto de estallar,
me invitó a entrar por completo
y al fin, de verdad…
fuiste mía.
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
3 de setiembre 2023