Vuelvo al recuerdo.
Te veo todavía
por la alameda.
Es otro tiempo
que viene del pasado
con tu sonrisa.
Pero preciso
tu imagen y presencia
en el presente.
A veces pienso
con tanta fantasía
que va en mi alma.
Y me sonríen
tus ojos desde el cielo,
mi mariposa.
Veo tus alas
venir con tus caricias
hasta mi lado.
Siento el encanto
que dejan tus colores
en mis sentidos.
Y hasta me llegan
aromas de los campos
y los sembrados.
Tiempos pasados,
de eternas primaveras,
que siguen vivas.
En este agosto,
finales de un verano,
yo sigo amando.
Amo la vida,
los sueños y pupilas
de aquel poema.
En él volamos,
soñamos y escribimos
y nos amamos.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/23