He sido cobarde en tantas ocasiones sabiendo que, con el simple filo de una cuchilla, mi paso terrenal podría haber culminado...
Y a hoy me pregunto, si en aquella oscuridad en la que habitaba hace ya algún tiempo atrás; realmente fue cobardía, o coraje para afrontar los puñales sangrantes en mi alma.
La realidad es que esa pregunta vuelve muchas veces junto con el mismo pensamiento sombrío;
Lo que la diferencia es que, incluso en las peores tinieblas que absorben mi mente creando un campo de minas; puedo encontrar un ápice de esperanza iluminando mi paso.
Quizá, sin saberlo, alguien cuida de mí en la lejanía; y es espectador de las miles de noches en las que caí rendida en el sueño luego de derramar lágrimas en la completa soledad.
O incluso quizá, me gusta pensar en el hecho de que exista una versión mía del futuro, que viene y me abraza en mis caídas; sabiendo que, con el tiempo, este lugar en penumbras dejará de atormentarme para ser solo un recuerdo...