ESTRADA-LARA

Saturno

Un puñado de ataúd en mi cama.

El viento aumenta y el frío también.

Un terror en la tierra se acerca

 y no puedo dejar de pensar

en lo pálido que está Saturno,

de su frágil inocencia perdida.

¡Es que hace mucho no lo visitan!

Ahí está, su aurora me saluda...

Lo veo tan cerca con este lente

pero tan lejos en la distancia.

Tiene muchos anillos diamante, 

esos que no tienen ningún valor;

que la codicia no prostituye.

Cassini-huygens, ya no está ahí...