POEMA DE LA FUGA
No volverás a verme, me dijiste,
y mis labios temblaron sin sonido,
sentí tu amor feraz pero tan triste,
y tu voz condenándome al olvido.
De mi lado te vas, no sé ni donde,
tu la mujer ajena, sin presencia,
la que hoy a mi querer no corresponde,
por la que estoy sumido en la demencia.
Fueron unas felices vacaciones,
pero ahora que todo ha concluido,
no logro comprender tus intenciones,
de volver otra vez con tu marido.
Vuelves a tu papel de gris esposa,
a tu entrega de amor cada semana,
aguantando el hastío que reposa,
en cada beso dado en la mañana.
Los días pasarán, también los años,
y tú te irás borrando de mi vida,
mañana nos veremos como extraños,
y un gran silencio cubrirá la herida.
Fue triste nuestro amor, triste y sucinto,
y aquí estamos dispersos y vencidos,
tal vez si lo pensaras, ¡qué distinto!
Porque este adiós se llena de gemidos.
Regresarás con él, me lo imagino,
es algo que jamás podré impedirte,
no te retardes, cumple tu destino,
de mi lado te irás… Pero sin irte.
Y como él no espera tu regreso,
no sabrá que es contigo que dormí,
y por costumbre le darás un beso,
pero al hacerlo pensarás en mí.
KIN MEJIA OSPINA