Francisco M. Ortega

avisos

 
 
me advierten del peligro las señales cardinales
me previenen sobre los días de viento
y las mareas humanas
del paisaje recién pintado
señales que indican resquicios de la luz
perros sueltos en la noche
el terrorífico alarido del silencio
el suelo mojado que dejan los besos
el peligro de las conversaciones inflamables
el riesgo de tropezar en la misma torpeza
los campos magnéticos de la incomprensión
las radiactivas impiedades
el piso húmedo del aturdimiento
la lluvia ácida de la espera
la caligrafía frágil, la piel golpeada
la amenazante aspereza
la materia corrosiva del deseo
la desconfianza y el desconsuelo
el logaritmo trágico de lo que mata
la angustia confinada y la inclemencia
el alambre de espino de la ofensa
la comburente sordidez
 
podría no darme por aludido
mirar hacia otro lado
sacudirme el polvo del camino
y decir que nada importa
 
pero no es cierto porque al pensarlo
tiemblo de emoción y de miedo
luego que entiendo, entre tanta advertencia,
lo poco que somos siendo la nada