Raiza N. Jiménez E.
Divagancias.-
A veces quisiera cantar, trinar como las aves.
Volar y volar, para cantar en el mundo entero.
Tengo en mi, inmensas verdades y otras mentiras
Todo nos ronda y asumimos que es cierto o falso.
¡Nada hay en nosotros y el otro que sea puro!
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Nos arropa la ignorancia al ser lo que somos.
Pero, aún más, en lo que creemos que somos.
Arrogancia es nuestro signo ante el desvarío.
No lo comprendemos pero, si lo defendemos.
¡Todo tiene más de una cara hay que hallarlas!
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Bastardas, son las censuras que se entrometen:
En las vidas propias, en las ajenas o las de nadie.
Absurda es la nobleza que se inmola, sin destino.
Seremos lo que se pueda ser, si se puede ser algo.
¡Eres, cuando admites que, no sabes quién eres!
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Alguno dijo una vez que: el Ser es la Nada de Ser.
Admito que mi inopia, me supera en eso de vagar.
Vivo en eternidades y me afano, en la busca de SER.
No saber qué o quién soy, me hace irredenta, lo sé.
¡Buscar lo inédito como si lo conociera, es vanidad!
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Asumo que, todo eso que yo ignoro, no me redime.
Nada, me hace más libre que quedarme en lo absurdo.
¡Ah! Yo pretendo ser y estar, sin saber qué o quién soy.
Hay verdades que anulan y hay mentiras que reviven.
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¡No creer en verdad o mentira absoluta, es de sabios!