racsonando

Autobiografía

Soy la bicicleta 🚳  que enarbola una historia...

de ruedas y manubrios, de radios y de tuercas,

de piñones y cadenas,

de sillines y cambios,

de pedales y frenos,

de bielas y marcos...

Rotos, rotos, reventones y soldaduras;

pinchazos y conos en su punto del desgaste.

sostenida entre tus manos

gozo y gesticulo

 lo inocente en tu grandeza.

Tirito de alegría aterida entre el instinto de unas piernas;

tiembla, tiembla el mundo y su imperio de pavesas.

Los perros me detestan, los niños me aman, 

Ellas me ratifican.

Ellos me caracterizan.

El tiempo mitifica mi pedal 

¡Recio, recio trasegar!

Los medios masifican mis piñones,

 me visten filantrópicas miradas en un grato deambular.

Soy guerrera, callejera y mundana ave viajera,

la flamante enamorada y artesana de la vida que respira aventurera.

¡Goza, goza tu montar!

Viajera incansable de comodidades mediáticas.

Salvaje domesticada de las calles polvorientas

y el asfalto blanquecino

que escribe mis mortajas de ermitaña.

Voy en vía y contravía.

Aunque  digan y desdigan  de los días 

en que el confort me firma de negra plusvalía.

Soy misteriosa pasajera de la modernidad

que me teje en pergaminos diacronias.

¡Siempre, siempre un trasegar!

Conmigo forman y reforman pensamientos

en el moho de la dudosa reputación.

 ¡Rueda, rueda! Ruedo, ruedo sendos mundos de jolgorio,

de flamantes ilusiones entre ironía y sencillez.

Detesto los autos que incongruentes presurosos devoran vías y alcohol.

Voy y vengo reformadas de aluminio, el carbono y el titanio que le ponen epitafios

a las líneas de mi ayer.

El hierro es una forja y a mis ojos todo cuadro

es honor al  valor y sencillez.

Dios  bendice las historias conquistadas.

de incansables navegantes 

Ruedan vagas en sus cuñas apretadas, en cadenas reventadas, en sus bielas oxidadas.

Soy historia que pavonea su  niñez