Emerjo de las sombras
del mundo y de mi alma,
la confusión se apodera de mi,
no sé si volver a ellas,
o salir y brillar como el sol.
Rugir como un León
reclamando mis dominios,
enfrentándome solo contra todos,
contra una coalición de poderosos,
con la valentía de un León y la fuerza de un Oso.
Quisieron destruirme, mas no lo lograron,
me dejaron herido, mas no muerto
hare pagar con creces ese error,
pero fortunio para tu amor
que de a poco me trae a la luz.
Saldré de las tinieblas cuando mi próposito este cumplido,
llevo larga mi melena, en el corazón las heridas y el alma impoluta,
tú eres la miel que se derrama dentro de mi colmena
pero aún así haré pagar a aquellos mi condena
y después me dejaré flechar por cupido
para liberarme completamente de mis cadenas.
Tu amor es la respuesta a mi clamor,
en la oscuridad he pedido que tu corazón
venga a liberarme de la amargura del grillete
del tintineo de las cadenas,
y que la arropea no me arrope más,
sino tu cuerpo desnudo, sea esa manta,
que me cubra y que la tibieza de tu figura
me brinde su calor, la que mis noches de libertad encanta,
elevando la temperatura al asirte por la cintura.
Libertad de apreciarte, de tocarte y besarte,
de la cintura tomarte y sobre mis piernas sentarte
con sutileza acariciar tu espalda, de principio a fin
mientras juntamos nuestras frentes, luego mejillas… buscando los labios
que enciendan esa chispa que prenda el fuego en la mecha lujuriosa,
y que irradie en todo su esplendor y me liberte de la oscuridad
trayendome a la claridad de tu amor, de tus besos y tu pasión.