De pronto, se quieren escribir versos que penetren en el cerebro,el alma de aquel quien los lee por gusto , por curiosidad o por pasar el tiempo.
Se escriben, cuando a uno le mueve todo el esqueleto y las entrañas .
Se escriben versos , de aquello que es y lo que no es.
Se escriben versos con sentimiento con ironía y hasta con rabia , que hacen temblar la pluma y apachurar las hojas.
De pronto se escriben versos , que incursionan en un laberinto , donde cada recoveco,es un ardid,una trampa para no escapar del lío en que estamos metidos.
Se escriben versos con miedo , que es tan grande como el odio ; que se entumece en la desgracia y se consuma con los horrores.
El miedo es la prueba indudable de la existencia .
Se escriben versos , que parece que definen al que escribe y dejan al descubierto el destrozo del alma contra el desvencijado escritorio . Cada palabra lleva lo que dice, cada acento conlleva el lamento de aquel que quiere ocultar el temblor que lo sostiene y se mantiene con un latido.
Se escriben versos profiriendo adornada falsedad, poniendo tinta dudosa , dando brillo a lo que no es.
Por qué escribir lo que no es verdad si somos pura realidad.
Por qué no escribir lo que sentimos si somos puro nervio.
Por qué no escribir lo que nos hiere , ante una herida abierta.
Por qué no escribir al desamor , si el amor no aparece.
Por qué no escribir la falacia , si caminamos con el engaño.
Por qué no escribir la inocencia , si dentro se refugia un niño.
y así de a poco entramos en el menesteroso batallar de hacer poemas.
El líquido indoloro es la tinta , la gota incolora es la lágrima , para escribir la queja o el gemido, que humedecen la página del libro.
Así , con cada palabra
Con cada temblor
Con cada latido
Se escriben versos