Es una disquisición
que asomó inciertos
hallazgos del cerebro.
Voz aguda y ronca
que pulula entre las calles
buscando señas
para reaprender la vida.
Son notas y son cantos
que han aparecido
de pronto en mi piel
y sin explicaciones
me han vuelto
un esqueleto pensante.
Es una semiótica que subyace
en todas las miradas
y que me han vuelto adicto
a misterios del alma.