Por cierto, no te siento y ni te escucho.
Me haces falta y, a veces, no lo creo.
Pero, deseo de ti un: “te amo mucho.”
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Se acercan las horas y habrá que meditar.
Yo en la fe me acojo, para poder esperarte.
Quizás quieras tú cantar y la guitarra tocar.
Quizás yo pueda, de uno de mis temas hablarte.
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Mi pluma, en verdad, no me da descanso.
He escrito, para este amor, varios poemas.
No sé si con el tiempo, mi meta, alcanzo.
Y es que deseo escribir de muchos temas.
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Esta mi Musa, creo que, por ti, se abalanza.
Viniste a darme, algunos versos que riman
y las frases parece que, bailaran, una danza.
Así baila mi pluma, cuando otros me animan.
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No acostumbro a rogar, aunque sí, a rezar.
Y yo ante ti, no podría, para nada, suplicar.