Eres ángel de mi vida,
esa guarda cuidadosa,
esa luz que en mí reposa,
la llamarada encendida;
esa fuerza que me cuida,
tan sutil como una rosa,
su fragancia es primorosa
y muy justa su medida;
es su voz muy cristalina,
latidos del corazón,
dulce estrella matutina;
su dulce nombre es amor:
esa presencia divina
ese intuitivo candor...