Danny McGee

OTRA NOCHE MÁS.

OTRA NOCHE MÁS.

Nuevamente estoy aquí, con mi vino y un poema en otra noche más. Otra de las tantas noches de insomnio duro que me acercan a unos ojos que jamás me han visto y que muy probablemente nunca sepan verme. Pero eso ya no importa. 
-Un cigarro, por favor.
Importa hoy la copa, el cenicero y el poeta, aquel que escribió en el aire cada uno de sus sueños. 
Importa ver que en todo se recibe una respuesta del camino que te intenta invitar a desplazarte.
Importa que viviste la pasión de ser quien eres y sin mostrar caretas a quien sí se esconde en ellas.
Importa haber vivido el error de ser un hombre, por el cual te disculpaste una vez y tantas más.
- Otra vez quiero un cigarro.
Otra vez tengo una noche que han regado con estrellas, que han alzado con silencios y con frases de un poema a medio terminar.
No me importa. No importa que esta noche vuelva a repetirse. No me importa que las horas rebobinen mi memoria. Ni me importa si se corta la licencia del respiro que dieron en la vida.
-Un tercer cigarro ya. Y es posible que otro fume…  un cuarto si el tercero no demora en terminar.
Y confieso a voz completa que el retrato de mi amada es presente de un pasado que quisiera en un futuro. En respuesta a lo vivido, lo confieso porque un hombre no está hecho para anclarse, sino para avanzar. 
Y esta noche yo me veo avanzando hacia la aurora, hacia el claro del mensaje convertido en horizonte.
Y aunque sé que no interesa y que a nadie más le importa, vuelvo a ver que otro cigarro me ha acercado a ver sus ojos, los que no me han visto nunca y los que muy probablemente jamás vengan verme.