Un mar de masa gélida alberga
la argéntea cabeza del guardián
Los ojos buyiciosos como colmenas
se yenan del agua que cae muy blanca
Meciéndose despierto en las olas bravas
brama al cielo con su pensamiento insondable
y luz zarca irradia esa mirada hilarante
que dilata estelas de cometas entre lava
En un sueño infinito comienza la danza
Extraño suceso sin posible entendimiento
Creciendo como silencio puro el misterio
dota al humo de una forma no tan vaga
El fuego crepita en la hermita nocturna
El vuelo de la lechuza traza otra espiral
Lanzas agudas contra sombras de cristal
La vida ante la misma realidad de nunca
Grandiosamente colapsan las cosas
y se inunda de calidez el cuerpo rosa
mientras entra tranquila la diáfana aurora
a un abismo baldío del amor que la colma
El fulgor suave del alba lo empapa entonces
y puede pensar en la pausa universal el doble
de veces que le nacen nuevas sensaciones
Se sitúa sobre el borde de este mundo monocorde
Clarea cierta inteligencia donde las nubes
esperan encintas la venida de su mesías
Electrizantes gotas buscan salida urgente
y mojarán la tierra dura tras triste sequía