La primera vez que vi a la colorada pensé era un sueño hecho realidad, esos donde lo irreal se vuelve posible y resulto que no era un sueño.
No solo expresaba amor, era la perfección hecha mujer un regalo increbie de la naturaleza, la mano de Dios mostrando sus grandeza.
Ella a su manera irradia la paz que cualquier hombre necesita en su vida, es el silencio hecho mujer, un don mágico de la vida, la expresion perfecta de un conjunto de sentimientos.
Cuando la vuelva a ver quisiera guardar esos recuerdos en mi memoria decirle aquellas cosas que no me atrevo, pero no es necesario porque a nuestra manera ella ya lo sabe.
Solo quisiera que supiera lo mucho que vale y que recuerde que no solo es un cuerpo bonito, es más que muchas cosas, es el todo de mi nada.