Difícil, tan fácil es pensarte,
pesa más la incongruencia que la pena,
la pobre pena que tus penas me dan,
porque mi nombre retumba tu aire,
como si de amor tratase
piensas, no lo pretendes pero me miras.
¡Me he enamorado del enemigo!
me piensa en el alba, soy recurrente en pensamiento,
Al pronunciar tu nombre, disfruto del fruto sin miedo,
es tan bella tu ignorancia hacia la nada.
Deseo, más a mi presencia tu voz no llega,
el silencio se tiñe al sabor agonía,
pero agonía de la mía,
la que es causada al pensar no en la amada, sino, en tu presencia ingrata.
Como dos infantes en pleito liguero,
una rivalidad que florece tiernamente.
Como un amor al propio odio,
donde la sangre nos iguala en rojo
y los niños pelean sin enojo.
Querido, no amigo, enemigo pero querido
Creo que amo el sentir que sientes,
pero por favor,
si a mi resientes, te imploro
mires por un momento la burla de mi ojo.