En la senda del amor, dos almas unidas,
un matrimonio forjado, promesas compartidas,
con el hastío y la rutina, silencio en sus miradas,
tejieron sombras en el lazo que antes brillaba.
La falta de comunicación, un abismo creció,
palabras no dichas, sueños que se perdieron,
la empatía, un suspiro en el viento se esfumó,
dos corazones perdidos, no se comprendieron.
Los asuntos de dinero, un cruel obstáculo,
quebrando la armonía con su frío tentáculo,
la confianza, un puente que se desmoronó,
sus cimientos quebrados, el amor se desvaneció.
La lejanía en sus corazones, un abismo profundo,
en noches solitarias, buscando un nuevo mundo,
donde aquella magia amorosa vuelva a florecer,
y que aquellos lazos rotos puedan renacer.
Aunque el adiós se acerca, no es el final completo,
puede ser un nuevo inicio ,de un camino repleto,
de aprendizaje y crecimiento, quizás un renacer,
donde aquel amor perdido ,vuelva a florecer.
Así, en la tristeza de este adiós inevitable,
queda la esperanza de un mañana más estable,
donde el amor resurja con más fuerza y pasión,
después de la tormenta ,nazca una nueva canción