Envuelto en las tinieblas de dudas e ideas
sobresalgo entre el abismo de mis lágrimas secas
y rescato una beyeza que se creía ya muerta
Vivo distanciado del ruido que me rodea
ostentando un orguyo como pesada piedra
Fluyo fuerte contra murayas que levanta la muerte,
avanzando silencioso, plantando mis pasos en el polvo,
sumido en un fondo de dolor, por amor tan solo
Huyo de la ley cruel para volverme sonriente
Aliento frío acierta a acariciar mi flor secreta
entrado en el laberinto donde respiro apenas
mientras escribo este poema conscientemente
triste todavía, y lo siento aunque me cueste
reconocerlo entre pensamientos que inspiran pena
Pues así consigo superar los límites de mi mente
y tambien otro día que se suma a los siglos de espera
Transcurso breve por desfiladeros oscuros
rodeado de sombras de búhos y vapor
Estación ardiente en la lucha del amor
con este corazón y su humilde orguyo
Construyo los pilares de mis ideales
partiendo de una base de piedra solemne
bajo el canto encantado de los pájaros
atajando al volar como eyos hacen
Siento circular intensas corrientes
entre mis pies, y es extraño
poder evitar el daño del dardo
que cayó helado cual rayo potente
La disolución comienza resquebrajando
el cascarón, el yanto que me trajo
frío un beso en estío sembrado
para servir de alimento y dar aliento
y término a tanto apático abatimiento