Apoyo las manos sobre el teclado
y el aire hospeda recuerdos.
En infiernos como éste
pujan monstruos interiores.
Abren la compuerta del alma:
no pueden encerrarse en un ataúd las sensaciones,
cabe esperar la precipitación,
la palpitación de todo al rededor.
Vuelvo a sentir las notas
y ese temblor
del fuselaje de la realidad
permite ver con claridad/
tu presencia que brilla más
después de la explosión.
©JoséLuisGalarza