No me abandones,
pequeña mariposa,
llévame lejos.
Quiero volar,
contigo, entre tus alas
y allí soñar.
Sueñan los niños
y sueñan los mayores
con utopías.
Pero es bonito
soñar. No se hace daño
y nada cuesta.
Y si ese sueño
te lleva por los cielos,
mucho mejor.
Verás aldeas,
colinas y montañas
sobre los bosques.
Verás senderos
ocultos, en caminos
no transitados.
Y hasta cabañas,
pequeñas, diminutas
en algún bosque.
Y soñarás,
amigo, como el niño
que llevas dentro.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/09/23