Dos lágrimas se convirtieron
En lluvia fría de otoño
Tus últimas palabras
En viento invernal
Solo me queda el paraguas
De tu último adiós
Ese que cerró la puerta
De un fuerte portazo
Dejando heridas abiertas
Y la soledad de compañía
Aunque solo tengo negras nubes
Algún rayo de sol se escapa
Y calienta suave mi piel
Bálsamo para las cicatrices
Grabadas en la última batalla.
Acabada la guerra incruenta
Solo queda enterrar el hacha
Y dejar pasar los féretros
De los enemigos vencidos
Que murieron sin lucha ni herida.
Pues ellos cavaron su fosa.
No hay vencedor ni vencido
Solo dos almas que separan
Los caminos ya paralelos.