racsonando

¡Tantas veces ríos!

Tantas veces ríos

de interminables aguas

delicias y elixir de la vida,

aguas imparables en bendecidos puertos

que beben  el incesante manantial de las vidas.

Bienaventurada la tierra que fructifica el alma,

la del caudal ruidoso y de las epifanas aguas;

su sabor ansioso y su dulzura ámbar.

Tantas veces ríos

de  tempestuosos causes

y del silencioso trance,

depositarios de credos y trasegadas venturas,

epígrafes gravosos de penitentes caídos. 

Los que brindan aguas mansas, 

Los que liban aguas duras.

Los que sacian sus ansias.

Los que embriagan sus cuitas

para ensanchar las almas.

Tantas veces ríos en que los derrochados pechos

ahogan sus penas, arrebujan sus vidas,

se hartan las dichas, y lloran sus penas esas mismas almas.

Tantas veces ríos.

Los presurosos ríos

Los somnolientos ríos

Los venturosos...

Los sosegados...

Los dadivosos...

Los indulgentes.

Los turbulentos.

Los piadosos.

Los impíos.

Los simples.

Los singulares y los plurales.

Los cóncavos y los convexos y los divergentes y los convergentes.

Los comparables e incomparables

Todos ríos, todos ríos...

Para beberlos aguas turbias

Para bebernos aguas castas

Para comerlos todas aguas

Para comernos aguas santas,

Para bañarnos agua limpias

Para volvernos aguas calmas.

Para devorarnos aguas diablas.

Para amarnos agua y aguas.

Nos nacemos  ríos y nos morimos aguas

¡Tantas veces ríos de interminables aguas!