Se cierne sobre mi la Muerte,
mi amiga inseparable,
por esa razón no me mata, por suerte,
tendre que rogarle para que lo haga
pero para ella eso es inaceptable.
Yo siempre la recuerdo,
y a todos los que se ha llevado,
no es su culpa, con la Vida tiene ese acuerdo,
excepto para unos pocos afotunados.
Que ella no se ha podido llevar,
y otros que han resucitado,
pero que la han vuelto a palmar,
y en el sepulcro los han de nuevo enterrado.
Aquellos que no la han conocido
ya vendran a buscarla y la encontraran,
porque por ella todos debemos pasar; es sabido
y de vuelta de donde han sido enviados regresarán.
Amiga mía Muerte,
poco te voy a extrañar,
quizas ya ni te recuerde, cuando ya sea Inmortal,
pero seguirás existiendo mi amiga…
como la Vida en la Eternidad.