En el rincón silente de mi mente,
reposan mis errores, mis fracasos,
como sombras que nunca se desvanecen,
en un lugar oscuro, en un denso ocaso.
Son las fallas las huellas que he dejado,
marcando el camino que he recorrido,
son lecciones que el tiempo me ha entregado,
y que en el libro mi vida, están contenidos.
Cada paso en falso, cada desatino,
son las notas amargas de mi canción,
pero también son luces en mi camino,
que me guían hacia una transformación.
Pues en cada fracaso y desaciertos,
hay semillas de sabiduría y cambio,
caminos que me llevan a nuevos puertos,
donde el alma se libera del yugo extraño.
Así que en mis fallas encuentro fortaleza,
en mis fracasos, mil razones para seguir,
pues son piedras que en mi senda tropiezan,
pero también son escalones hacia el porvenir.
No temo a mis fallas ni a mis fracasos,
son parte de la danza de mi vida,
y en cada paso en falso y desaliento,
encuentro una oportunidad perdida.
Por ello es que elevo mi voz en reflexión,
agradeciendo las tantas lecciones del ayer,
pues mis fallas y fracasos, en mi canción,
son las melodías que me han hecho renacer.