Seguro camino directo,
busco tus huellas en el mar,
entrego miradas al viento
y observó sin prisa la paz,
vagando dentro de tu risa
que lleva sumisa la brisa,
¡increíble!, he caído,
solo tú me haces sentir
como aquella vez primera,
junto al tiempo en primavera, severa, oscilante,
una luz tan radiante que tu voz me entrega, y tu alma palpitante
me lleva al perfecto amanecer, a un nuevo placer, tan bello tan preciado,
un sueño imaginado, sencillo, tan amado
y junto a las suaves olas meneantes,
tan solas, nos hacen cobijo pleno, mientras cuidan el vuelo
de nuestras almas, de nuestros cuerpos,
perfecto! eh sentido el alivio, el amor de un sincero suspiro,
tranquilo, lleno de bondad,
una verdad, un sentido, sin terminar, cambiantes mis pupilas, divinas,
tan grandes y brillantes, gloriosos y finos diamantes,
causantes de tan bella figura, rodeando tu cintura,
entregando mis verdades, mis anhelos, llevándome un paso más alto que los cielos,
así, inmensa, llena de carisma, contenta describiendo tu persona,
mi sentido y mi Gloria,
oh qué perfecto ser!
llenando de vida todo mi conocer,
Lo confieso, he caído, de nuevo, lo avivo, pues he decidido gritarlo, exhibirlo, no callarlo
que mi lugar está contigo, que mis segundos son vividos
solo ante tu belleza, solo ante tus latidos.