Suenan campanas
y vienen de la iglesia
que está en la aldea.
Llaman a misa,
quizás porque es domingo
y son las doce.
Viejas costumbres,
con ritos ancestrales
que aún perduran.
¡Cuánta nostalgia,
renuevan los sonidos
en los recuerdos!
Aquella infancia
de luz y colorido,
ya tan lejana.
Viejos otoños
corriendo por los bosques
parando el tiempo.
Robles y hayedos
rompiendo su silencio
que compartía.
Y aquella saga
formada en la familia
que ya no están.
Todos marcharon
se fueron a otras tierras
donde se ríe.
Suenan campanas
y dejan la nostalgia
que tanto añoro.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/09/23