La lluvia que moja al mar
a orillas el cuerpo que quiere más
observa al cielo y no parará.
Sentado en el asiento de atrás
delante un parabrisa
que obstruye la vista
lo convence que se deje llevar.
La tormenta no es de avisar
al llegar sabrás disfrutar.
Lo que no puedes controlar
no te puede afectar
Y si presencias una injusticia
tu empatía no reprimas, !actúa¡
Juguete Perdido