Entre sombras de un sepulcro, en silencio reposa;
Tu amor y mis lágrimas, juntos en su eterna pausa.
En el desengaño y la ilusión de amar,
Nuestros corazones quedaron entrelazados,
Como dos almas que se buscaban sin cesar
Y en el eco del viento, sus nombres eran pronunciados.
En un pasado sin palabras, perdí mi camino,
En un presente de búsqueda, te encontré en un libro.
En cada página, el alma de los poetas latía fino.
Nuestros corazones latían al unísono,
la vida nos guió y entrelazó,
Como dos almas destinadas a encontrarse,
Un destino planeado, un amor que nunca se agotó.
Aunque cien años pasen, tu recuerdo se hará historia,
Pretendan desengañar nuestros engaños de amar,
Cuando extraños pronuncien tu nombre, saber de victoria.
Cuestionen mi pasado de vivir sin palabras,
Cuestionen mi cordura por tratar de buscarte.
Caminaré por calles gritando tu nombre,
Llenando todos los espacios vacíos,
Sin que no quede ni un solo hueco,
Por donde no pase tu nombre.
Produciendo eco a medida que avanzo,
La gente me miré y se cuestione tu nombre,
Pensar que estoy loco, ellos los cuerdos,
Embriagados, que viven la vida al instante,
En cada eco de sus críticas, miradas de duda
Pues sé que, en tu amor, soy invulnerable,
Prefiero ser \"loco\" en esta vida cruda
A vivir en su sombra, en lo mundano e inmutable.
Dejaré en páginas escritas, la historia de un hombre,
Que permanecía ausente y los versos no paraban.
Con tinta derramada y el corazón en la mano,
Desgarrando el papel con pasión y dolor,
Cada verso una plegaria, un suspiro lejano,
En la espera eterna de encontrar tu amor.
Viviré por los recuerdos que me susurre el viento,
hasta que la muerte me robe mi último aliento,
Con el cual borre murallas formadas en el tiempo,
Para poder por fin, darte un primer y último beso.