Tú me llenaste de paz,
me iluminaste Señor,
me mostraste que el amor
no debe faltar jamás;
por siempre eres y serás
ese auténtico fervor,
la presencia y el valor,
que algún día me darás;
eres la esencia más pura,
más divina y celestial,
fuente de luz y ternura;
mi experiencia angelical:
la más excelsa aventura
plena de vida y verdad...