No le tengo miedo al miedo,
le tengo miedo al temor,
a esos fantasmas que arrastran
cadenas por mis pasillos
que aúllan por mis estancias
que me despiertan a gritos
que se esconden en las sombras
y amenazan mi futuro
en forma de pesadillas,
maldiciones y conjuros.
Puedo enfrentarme a la espada.
al puñal, a la pistola
puedo luchar cuerpo a cuerpo
sin arrojar la toalla,
puedo mirar a la muerte
frente a frente, cara a cara,
afrontar riesgos y duelos
como en un juego de cartas
pero me siento indefenso
ante los negros augurios
que a veces rasgan mi cielo
con rayos y pedregadas
que aúllan por mis esquinas
esgrimiendo sus guadañas.
Pero he de vivir mi vida,
he de seguir mi camino
aunque las zarzas me arranquen
la piel a tiras y a gritos,
aunque los truenos me atruenen,
aunque los rayos me cieguen,
aunque los diablos me hieran
con sus zarpas y tridentes
que vida tan solo hay una
Y no me la arruina nadie.