El mundo gira y se traslada,
y yo estoy quieto.
Inmerso en mis pensamientos y más nada,
sólo siento cerca de mí tu espíritu inquieto.
Me posiciono en el centro del universo,
y no me importa más nada que tú,
si la distancia y el tiempo me es adverso
como un haz de luz te besaré con ímpetu.
cuando el Sol indique los solsticios,
comenzaremos un cálido cortejo
cada beso y cada caricia será un sacrificio
que el amor exige sin cotejo
y que como Abogado del Amor, yo los Demando de Oficio,
los astros espectantes en el celeste mar nos observan a través del Catalejo.