Freddy Kalvo

¡Nunca oséis...!

Nunca oséis, por un minuto,

cuestionar el vil «poder»;

nunca oséis, por un segundo,

ir en contra del gran «rey,

ni la reina, ni el vizconde»,

que en mis versos condené,

porque son la podredumbre

¡Todos tienen que saber!

 

Y el saber es necesario

siempre, siempre y esta vez.

Muchas veces y por siempre,

nunca debes de temer,

que el temor te va atrapando

una y otra y otra vez;

y la libertad te exige

que del yugo liberéis,

de ese yugo que maldito

siempre vuelve a renacer

en las manos del villano,

que presume su altivez.

 

Nunca oséis, amigo mío,

cuestionar el vil «poder»:

sea rojo o rosadito,

verde, negro o color beige,

celestito o anaranjado…

¡Qué lo mismo vas a ver!

 

Te encarcelan y torturan

o te borran de una vez.

El «poder» nunca perdona

que lo mires del revés

que lo pongas por torpezas

entre espada y la pared.

 

Te lo cuento, te lo digo,

pero no has de fallecer

en tu lucha decidida,

contra el que se cree «rey»

porque cree que es eterno

pero sin poder, nada es.