A ti Centroamérica
Los años veintiuno de mil ochocientos
brotaron cimientos en la humanidad.
Los pueblos hermanos dijeron ¡ya basta,
porque hoy nuestra casta pide libertad!
Aquellas noticias... surge el Plan de Iguala...
llegó a Guatemala con rítmica audaz.
El límpido cielo condujo a la aurora;
la dueña y señora vestida de paz.
El sueño de un suelo que ha sido humillado,
Matías Delgado sembró el pundonor.
Y así, tan eximio, contento y dichoso
gritó victorioso desde El Salvador.
Al ver el descuido de viles colonos
surgieron enconos como un almacén:
el grito solemne, ¡basta de yagua!
Se alzó en Nicaragua... Conjuro en Belén.
Aquel Bustamante, sesgado y rabioso,
antirreligioso, lleno de crueldad;
quería que el yugo siguiera la pinza,
pero un buen Gaínza gritó ¡libertad!
Cecilio del Valle sumado al decreto
escribe el boceto, consigna del Sol.
También, Larreynaga, consciente del hecho
evoca el derecho, farol a farol.
Así, Tomás Ruiz con alma de acero,
sublime y guerrero condujo la acción:
y de Guatemala repleta en venturas,
también lo hizo Honduras con fe y corazón.
Igual Costa Rica, bañada en esencia
gritó independencia, sutil alazor.
Septiembre glorioso, tierras soberanas,
¡oh, patrias hermanas, qué viva el amor!
¡Oh, suelos convictos cantad nuestros himnos
tan regios y dignos a todo clamor.
Alzad las banderas fluctuando su escudo
y dad un saludo de lis triunfador.
Samuel Dixon