Te dejo con los ojos perdidos en el mar,
buscando una respuesta para mi soledad.
Y creerás que algún día quizás me encontrarás,
pero soy solo un astro que deja el mar atrás.
Me voy sin despedirme, por no verte llorar,
las nubes solo tienen lo que el viento les da.
El mar por otro lado, es claro y especial,
el mar por más que llueva, no cambia de lugar.
El mar es ese sitio donde encontrar la paz.
Quizás alguna noche de fuego ocasional,
una lluvia ligera traiga a mi mente el mar.
Recordaré entonces aquel lugar tranquilo
que mi alma aventurera no pudo resguardar.
Quizás alguna noche, con tus ojos perdidos,
la luna te acaricie, sin poderte tocar.
Recordarás entonces a este hombre maldito,
que te dejó los ojos empapados de mar.
Entonces seré luna. Entonces serás mar.
Durante todo el día tal vez me olvidarás,
Pero al caer la noche presionaré tus aguas,
Y con melancolía, me volverás a odiar.