“Por su obra . . . pinturero.”
Brota el sollozo sin fin
de Colombia, Medellín,
a Mónaco, el Principado,
todo el orbe está enlutado.
Murió Fernando Botero,
hoy, busca otro derrotero,
contemporáneo y moderno
su estilo se vuelve eterno.
Falleció el tan gran pintor,
reconocido escultor
y muy capaz dibujante,
lo que hacía de buen talante.
Recordémosle, primero,
su “Acuarela de un torero”,
luego su óleo “Frente al mar”
con el que empezó a triunfar.
Estudió en Madrid, Florencia,
a toda ciencia y paciencia
aprendió de los pintores
del renacimiento, loores.
Aplausos a sus bodegones,
ahí, plasmó sus ilusiones,
dejando en éllos insertas
mil naturalezas muertas.
Más, ese fue el fiel comienzo,
dejó estampado en su lienzo:
tiempo, arte, belleza, muerte,
sin dejar nada a la suerte.
Ni bajar jamás la guardia,
fue al Nueva York de vanguardia
con su leal trazo agresivo
y “lenguaje” figurativo.
Expresionista, sin grecas,
en “El niño de Vallecas”,
por collages y su “Caballo”
la fama llegó de rayo.
Durándole largo rato
con “Maternidad” y el “Gato”,
por mencionar dos botones
de sus fantásticos dones.
Premiado, siguiendo rumbo
expuso por todo el mundo,
las más grandes avenidas
le dieron sus bienvenidas.
Murió el plástico creador,
artífice, diseñador,
que, empleando su genio y numen,
le dio a las cosas volumen.
Los pinceles y pinturas
rezan hasta las alturas,
en las galerías se llora,
en museos, por él, se implora.
Ya está el artista en el cielo
cumpliendo a Dios un anhelo,
pintarle ángeles hermosos,
eso sí . . . voluminosos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 15 de septiembre del 2023
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