De nada sirven ya mis versos,
han huido de mí
a no sé qué purgatorio
donde se queman las rimas
de los poetas tristes,
esperando entrar
en el paraíso
inmenso de los sentimientos.
Pero yo quedo vacío
sin ellos que son mi sangre,
y la vida se hace infierno
y los busco
entre los angostos parajes
yermos de mi corazón.
Pero, .. ¡ se han ido.!
Ahora estoy solo
y la dulce compañía
de su sonar rimado,
es un eco apagado
en mi memoria.
Algo de mi ser
se fue con ellos,
y me extingo arropado
por las llamas perennes
del dolor, del amor
y el destino de una vida
de poeta triste,
vacío y melancólico.