Escenario y testigo
un patio gris
desgastado corroído
El silencio acompaña como ritual
siniestro
No hay pasado lejano no hay futuro
Incierto, presagio funesto.
La pena, corona del rey, clavada
en la sien,
el tiempo se ha detenido los pájaros
huyen con ellos su trino.
El metal partícipe y frío
no ha traicionado es el camino.
Apenada el alma se despoja y
abandona su templo divino.
El néctar probado y saboreado
se retuerce, hiel amarga el destino.
El sonido las imágenes la mente
caldo de cultivo.
Suspiro liberador nudo que ahoga la garganta,
herida mortal se ha provocado
no sangra
Lo divino el hedor el olvido.
© Marcelino Montaño 08/2023