Un mundo turbulento,
retó los sueños
que pude atinar
con fragoso empeño.
Sin parar ni descansar,
en el afan y en el intento
de palpar primaveras,
tras un éter superior,
nació la floresta.
Así tejí
lo que soy,
precurando ser
lo que aún no soy,
empuñando banderas,
en el lar al que voy
sin cesar.
Ser o no ser,
define el dilema
donde sonreímos
y sufrimos,
tiempo y espacio
que varía,
en desiertos u oasis,
definiendo la filosofía,
esa que encarno
día a día,
encarando lugubres ratos,
y excelsas alegrías,
sin evadir los cantos
de la vida.
Cada minuto es un verso
que rima o desafina,
bien o mal,
esa es la existencia
a afrontar y a superar.